“No sigas tu pasión…”
“Yo quisiera ser jugador profesional en la NBA. El basquet es mi pasión, pero sé que nunca voy a llegar a eso”.
En ningún momento seguir tu pasión debe entenderse como “ponte a hacer lo que más te gusta”. Además, esta frase asume que las personas tenemos una única pasión, lo cual, también está equivocado.
El ejercicio de introspección debería ser mucho más profundo, como lo sugiere @steven_kotler en su minilibro “Ferocity”. Tus intereses, junto con las cosas que te apasionan, deberían convertirse en un propósito en tu vida, para que, a su vez, se conviertan en un motor que te impulse a hacer cosas, y no sólo pensarlas o verlas desde la banca.
Ahora, una vez que hayas decidido que esa pasión es algo que vale la pena perseguir por medio de un emprendimiento, debes hacerte dos preguntas:
- ¿Soy malo o soy bueno en esto? Si eres bueno felicidades, ahi la llevas y vas a ahorrar mucho tiempo y dinero en el proyecto. Si eres malo, decide si con esfuerzo vas a volverte bueno, y considera si ese tiempo puedes invertirlo en mejorar.
- ¿Mi actividad/idea/proyecto tiene mercado? Si tiene mercado adelante. Persíguelo con todo lo que tienes y deja el pellejo en el campo. Si no tiene mercado vuelve a empezar la introspección.
Todos tenemos intereses que interseccionan con pasiones, que interseccionan con grandes problemas mundiales. Lo que significa que podemos encontrar una pasión capitalizable. Sólo se necesita chamba, mucha chamba para dar con ella…y luego, cuando la encuentres, más y más chamba.
Tómate un minuto para decirnos lo que piensas…