La ferocidad y la resignación.

“Ya qué nos queda…” Y en ese momento de alza de hombros y voltea a ver a todos en la sala de juntas.

Es la frase que describe perfectamente el resultado que se obtendrá de lo que sea que tenga que hacer en ese momento.

Cada reto que se nos presenta es una oportunidad de extraer una gran cantidad de cosas: emoción, crecimiento, aprendizaje, capital político, favores. Es el hábito de verlos así lo que los convierte en una veta de oro.

Y ese hábito se construye, como bien lo ha descrito Steven Kotler en su mini libro el hábito de la ferocidad.

Seamos feroces. Al final del día seremos mejores y todos a nuestro alrededor deberían estar agradecidos por vivir con alguien feroz.