Archives February 2019

No te enamores de la primera

La primera idea llega en un contexto perfecto para que nos enamoremos de ella: es la la luz al final del túnel, viene a salvarnos, está preciosa, nos costó un trabajal…

Y podría ser que viene a resolvernos la vida, pero, ¿y si no?

Hay que agarrar la costumbre de someter esa primera idea a unas pruebas de ácido. Hay que hacernos más preguntas; hay que someterla a un abogado del diablo; hay que dejarla descansar por unos minutos o un día o varios días y después volver a verla con ojos frescos; y , por sobre todas las cosas, tenemos que lograr verla como si fuera la idea de alguien más y no nuestra. Así es como vamos a poder verla objetivamente.

Y si después de todos esos análisis y pruebas resulta que hay que descartarla, ya sea por qué surgió una mejor, o porque definitivamente ésta no va a resolvernos el problema, entonces no te ofendas, da el brinco, olvídate de esta idea y vamos a pensar a la siguiente.

Tienes que confiar en el método

Si ya estuviste años analizando. Si ya estuviste leyendo, estudiando, imaginando. O si ya tuviste la oportunidad de traer a un profesional, y te explicó su método y te pareció correcto, confía en el proceso y deja que las cosas vayan construyéndose.

Si existe un método y te gustó cómo sonaba, deja que las personas diseñen, propongan y exploren el problema. Entre más control quieras tener, entre más estrés y ansiedad le inyectes al equipo, más estrecha será su visión, y la solución carecerá de creatividad.

Ahora que, si tu equipo de profesionales no posee un método, bien podrías echar a correr de una vez.

Estamos en break

“We were on a break!” Grita Ross y sale del cuarto. Ross y Rachel entraron y salieron de breaks y al final acabaron juntos. Y ya sé que todo lo anterior delata totalmente mi edad.

¿Se pueden llevar las relaciones laborales como relaciones personales? ¿En que momento surgió eso de que “no vengo a hacer amigos al trabajo”?

Las relaciones laborales son algo profundamente humano. Y como tales, están llenas de información imperfecta, confusiones y emociones. Ante tal lista de sesgos, nuestras decisiones están lejos de ser perfectas. Pero hay la creencia de que una vez tomada una decisión hay que llevarla hasta sus últimas consecuencias. Si no, evidencia debilidad. Nada más estúpido.

Si en nuestras relaciones sociales, de noviazgo, matrimoniales, etcétera, antes de decidir le damos varias vueltas y antes de romper una relación definitivamente (que tenga al menos potencial) le damos más de una oportunidad, ¿porqué actuar de otra manera en nuestro ámbito laboral?

Bueno, ahí dejo la pregunta…

Como bodhisattvas

El Budismo Mahayana (el vehículo mayor) tiene una intención de llevar a todos los seres a la iluminación.

El bodhisattva es cualquier practicante de esta rama del Budismo que hace un juramento lleno de amor y digno de la más grande admiración: detiene su propia iluminación y jura trabajar por la iluminación del resto de los seres antes de llevarse a si mismo a alcanzar la propia. Cuánto amor y cuánto valor y desapego.

En HMT, con humildad y guardando toda proporción, hemos hecho un juramento inspirados por esa acción tan valiente y desinteresada de los bodhisattvas: no podremos sentirnos exitosos si no hemos primero hecho que nuestros clientes hayan alcanzado el éxito.

Por eso nos adentramos a lo más profundo de sus negocios y los hacemos nuestros. Entendemos sus preocupaciones y sus sueños. Buscamos en cada rincón oportunidades de reforzar e impulsar, de propulsar la empresa que nos abrió sus puertas y la gente que nos abrió sus corazones.

Al involucrarnos a estos niveles terminamos amando las empresas de nuestros clientes tanto como a la nuestra.

Su éxito es nuestro éxito. Sus sueños son nuestros sueños.

Sólo así se hace lo imposible por ustedes. Ustedes son nosotros. Y no descansamos hasta haber generado wow, hasta que lo entregado sea tangibly awesome.

No me gustan los números

“No quiero verlos porque me estreso”. Así el candor y la honestidad de alguien apasionado por su empresa y lo que ha construido.

Si te encanta lo que haces y has luchado contra viento y marea para crearlo, lo más sensato sería cuidarlo por todos los frentes.

Pero el ser humano genera sus propias realidades y si existe algo que pueda sacarlo de la realidad que se ha generado a sí mismo en su mente, esa información es vista como carga, como molesta. Como si apartando la vista las cosas fueran a manejarse solas.

Hay que buscar activamente toda la información que se pueda. Eso sí, que sea relevante y oportuna.

Hay que asumir el rol y la responsabilidad de dirigir la empresa y la vida de quienes forman parte de ella. Hay que estar.

El remedio contra la depresión del domingo en la noche

¿Te ha pasado que dan las 4 o 5 de un domingo en la tarde y empiezas a estar ansioso?

Pasa en los estudiantes y en los profesionistas. Esta ansiedad de domingo en la tarde puede ser evitada con un remedio sencillo: emoción por el lunes.

Si logras encontrar algo que te apasiona, que busques hacerlo por gusto más que por dinero. Si has logrado brincar ese estado de tener un trabajo sólo por “tener chamba”, entonces haz encontrado un propósito a tus días, y el domingo en la tarde se convierte en ganas de que llegue el lunes.

El otro remedio que conozco es que tengan bebés, y así deja de existir el concepto de día y noche, semana, fin de semana…

Errores con consecuencias

Señalar, exhibir y castigar un error genera una cultura de miedo, apatía y bajísima creatividad y compromiso.

Por otro lado, hacer como que no existen los errores o que no tienen consecuencias, genera una cultura de descuido, falta de responsabilidad y, al igual que el otro extremo, resulta carísima.

Para que exista una intención de no cometer errores de los que se evitan fácilmente, las personas deben saber que si cometen esta clase de errores, entonces ellos deberán ser parte fundamental de su solución.

Un error cuesta arreglarlo. Cuesta en dinero, en tiempo, en desgaste emocional y hasta cuesta en clientes, por lo tanto, quien lo cometió deberá invertir alguno de los anteriores en su corrección.

No se trata de instituir una serie de castigos. Se trata de estar conscientes de que cualquier acción trae consecuencias. Si desde la infancia se entiende ésto, ese sentido de responsabilidad se lleva también a lo profesional. Y es esa conciencia de las consecuencias lo que nos impulsa a crecer, mejorar y perfeccionar nuestro carácter y habilidades.

Algo más personal

Este espacio empieza como una recopilación de reflexiones pero evoluciona rápido. Hoy se incluye también algo de vivencias relevantes para mí y la firma.

Este día damos fin a un experimento culinario, de interiorismo y de tradiciones.

El proyecto fue un éxito en prácticamente todos los elementos que diseñamos: concepto, naming, marca, customer journey, comunidad digital, producto, interiorismo, procesos, brandlove y customer experience. Hubo un error y fue fatal: location, location, location.

Nos llevamos mucho amor de clientes y colaboradores y muchísimo aprendizaje.

¡Ya estamos emocionados por empezar con lo que sigue!

El poder de los rituales 2 de 2

La Godínez organizando el pastel para cada cumpleañero. La cena de fin de año. Las “novatadas”.

Hay un significado más allá de lo canal que parecen. Generan hábitos. Generan vínculos. Las personas se sienten parte de un grupo, y ese grupo se convierte en la comunidad a defender de extraños, lo cual arraiga aún más el sentimiento de pertenencia.

Sentirse parte de algo más grande que uno mismo permite al cerebro dotar de significado nuestras acciones, nuestro estrés y hasta nuestros fracasos. Pero también dota de significado ante el día a día. Antes, los rituales conectaban con lo divino y preparaban para la batalla.

Así, los rituales en el lugar de trabajo dotan de sentido, pertenencia, bienestar, hábitos, productividad y hasta diversión.

¿Cuál es el ritual que existe en tu empresa y en ninguna otra?