La riqueza del proceso

No hay algo que pueda asegurar resultados. Sin embargo, sí que puede evitar muchos dolores de cabeza.

Seguir un proceso definido puede ayudar a que los esfuerzos del equipo, así como la atención de los clientes se enfoquen en las actividades correctas. Si un proyecto es visto como una lista de ToDo’s, se corre el riesgo de ponerse a hacer cosas que no se necesitan en el momento presente.

Además, la ansiedad de tener resultados finales puede ser gestionada de mejor manera: saber que un diseño es un paso intermedio y no un producto final permite entender a los involucrados que un concepto se define por etapas y las autorizaciones son más fluidas.

Regresando al tema de que ninguna herramienta te asegura llegar a resultados correctos, contar con un proceso y puntos intermedios de control, permite corregir desviaciones de manera oportuna y no encontrarse con un resultado final que difiere totalmente de lo que estaba en mente de un cliente.

Asegúrate de tener pasos intermedios de revisiones y validaciones, así no tendrás que empezar de cero un producto terminado.