Cuando el enfoque es rey
Para esas privilegiadas y atormentadas mentes, para las cuales la producción de ideas y conceptos es continuo.
Esas mentes tienen la fortuna de nunca detenerse. Ni los aciertos ni los fracasos las frenan. Siguen produciendo y lanzando y probando nuevas cosas. Esas mentes tienen el potencial de transformar equipos, empresas, industrias y el mundo.
Pero también, por lo general, son su propio peor enemigo, porque al estar sacando todo el tiempo algo nuevo, lo anterior o deja de ser interesante o simplemente no hay tiempo para ver que llegue hasta sus últimas consecuencias.
Si se logra someterlas a un ejercicio de introspección, prelación y eliminación, pueden convertirse en un motor de innovación. Si no se logra, es mejor dejarlas que se vayan como cometa y no dejarlos quebse conviertan en juggernaut.