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Amiga, date cuenta.

Para un 90% de las personas su trabajo es sólo eso: un trabajo.

Aunque ha habido una evolución en la manera de ver al mundo a medida que surgen nuevas generaciones, el hecho es que, para la gran mayoría de los trabajadores, la supervivencia, y el “es lo que hay” rige su propósito laboral. Y con este en mente es que se manejan las empresas. Mal y triste para ambos lados.

Entonces, si estás del lado en el cual tienes personas a tu cargo, no seas romántico, date cuenta que las motivaciones de la gente no son el propósito de tu empresa y que lo que “le toca” a la empresa casi siempre será divergente de lo que están dispuestos a dar.

Si estás del otro lado, donde eres empleado, no seas romántico, date cuenta que la empresa no es tu familia y que eres reemplazable.

¿Qué triste, no? Sí, lo es.

Y aunque asi se manejan el 95% de las personas y el 95% de las empresas hay tambien un 5% que viven con pasión, ambición de lograr cosas, de crecer y de tener un impacto. Cuando se logra juntar ese 5% de personas automotivadas con ese 5% de empresas con propósito y significado, eso es oro puro, ahí es cuando la magia sucede: existe satisfacción de vida y laboral, felicidad de ser parte de algo más grande que uno, mejor desempeño, mejores resultados de negocio y un impacto positivo mayor en el mundo.

Busca hacer tu empresa una con propósito y significado. Y esto es para todos, empleados y dueños de empresa. Todos pueden incidir en mejorar las cosas. Empiecen por ustedes. Y ojalá, poco a poco, ese 5% crezca y cada vez haya más personas y empresas con significancia. Ese es el mundo de abundancia y felicidad que todos quieren pero pocos hacen algo por construirlo.

Es mío

No porque quieras un negocio, aunque quieras mucho tenerlo, significa que el universo (o alguien, quien sea) te lo debe, ni que vas a tenerlo simplemente porque te lo mereces.

Para efectos prácticos, nada, por mucho que quieras tenerlo, significa que lo tendrás.

Hay que chambearle, y mucho. Y tal vez lo logres y tal vez no. Pero si no pones el esfuerzo y el trabajo por delante nunca va pasar.

El clímax del año

Si ya sé, todo mundo sale con sus propósitos de año nuevo y así. Pero sean indulgentes conmigo por un momento, quién sabe qué podría pasar.

Haciendo cuentas, queda poquito más del 10% del año. Unos 40 días.

Curiosamente, también es un poco menos del doble de lo que se requiere para adoptar hábitos.

Entonces, ¿Qué tal ponerte una meta super agresiva? Una en la que tengas que trabajar todos los días por 40 días.

Imagina llegar al final del año, habiendo cumplido esa meta. Pasarás las fiestas mucho mejor, y el inicio de año tendrás un momentum extraordinario.

¿Cómo ven? Mi meta es redefinir el modelo de negocio de toda mi empresa….qué nervios.

Esperando las cerezas

Cuando se siembran algunos árboles frutales, en algunos casos, hay que esperar años antes de que el árbol esté lo suficientemente maduro para poder dar frutos.

Por ejemplo, al querer tener un cerezo desde la semilla, primero hay que pelarlo con cuidado, romper la cáscara externa con un martillo. Después debe refrigerarse y el proceso de germinación puede tardar hasta 6 meses en nacer el brote. De ahí, al plantarlo, el árbol crecerá hasta alcanzar su tamaño de adulto, y años más tarde tendrás, con suerte, las primeras cerezas.

En la vida y los negocios algo similar sucede: hay que hacer cosas, invertirle tiempo y dinero en actividades que por muchos años no sabemos si darán fruto o no.

El esquema mental de trabajar en algo de largo plazo no viene implantado en el ser humano. Se tiene que desarrollar. Y requiere mucha paciencia y determinación para no abandonar un proyecto que no rendirá frutos en el corto plazo.

Curiosamente, lo que más satisfacción y rendimientos genera, es justamente lo que más tiempo lleva en construirse.

Cuando el enfoque es rey

Para esas privilegiadas y atormentadas mentes, para las cuales la producción de ideas y conceptos es continuo.

Esas mentes tienen la fortuna de nunca detenerse. Ni los aciertos ni los fracasos las frenan. Siguen produciendo y lanzando y probando nuevas cosas. Esas mentes tienen el potencial de transformar equipos, empresas, industrias y el mundo.

Pero también, por lo general, son su propio peor enemigo, porque al estar sacando todo el tiempo algo nuevo, lo anterior o deja de ser interesante o simplemente no hay tiempo para ver que llegue hasta sus últimas consecuencias.

Si se logra someterlas a un ejercicio de introspección, prelación y eliminación, pueden convertirse en un motor de innovación. Si no se logra, es mejor dejarlas que se vayan como cometa y no dejarlos quebse conviertan en juggernaut.

Buscando el WOW

La métrica más sencilla para determinar si estás haciendo lo correcto es: ¿Estás haciendo lo mejor que puedes?

En HMT tenemos como valor cultural la búsqeda constante del WOW.

Si algo que hemos desarrollado no nos causa un sentimiento de asombro, entonces se va de nuevo a la mesa de trabajo o se elimina totalmente y se vuelve a empezar.

Somos el primer filtro, y el más riguroso, para decidir si algún proyecto es digno de mostrarse a nuestros clientes.

Si estás haciendo lo mejor que puedes, puedes estar tranquilo contigo mismo y los resultados, para los cuales, muchas cosas están fuera de tu control, pueden venir ya que siempre serán bienvenidos como un aprendizaje y no como un regaño.

Dinos lo que piensas y sientes…

¿Cuántas cosas debes intentar?

Las que sean necesarias.

Observa tu definición de éxito. Si no la tienes ya te tardaste. Si ya la tienes o por lo menos una idea compara tu vida con lo que considereséxito para tí.

Si tu vida no se parece a eso, hay que seguir intentando cosas. Nuevas cosas. Muchas. Hasta que tu vida sea lo más aproximado a eso que llamas éxito.

Y si tú ya estás ahí, en esa posición donde puedes decir que haz alcanzado el éxito, estás en una posición perfecta para intentar nuevas cosas. Nuevos proyectos ligados a un propósito de vida. Proyectos que te van a hacer pasar del éxito a la significancia.

Entonces, las que sean necesarias. Y luego más.

Dinos qué piensas y sientes…

Ansiedad social paralizante

“Nombre, imagínate, si truena, ¿qué voy a hacer? ¿Y qué van a decir de mí?”

De alguna u otra manera, la duda y el miedo llegan a todos los emprendedores del mundo. Si no lo sintieran estarían locos. Pero, muy lejos de dejar de sentir ese miedo, la verdadera proeza es, a pesar de ese miedo, seguir adelante con tus planes y tus sueños.

Ahora, no me malentiendan, no se trata de aventarse a armar un negocio sin haber hecho un verdadero análisis de lsus probabilidades de éxito, y de todo lo que se necesita hacer para que el proyecto se critalice y opere. No, se trata de que aún despues de haber hecho todos esos análisis y planes, a pesar de haber recabado información y confirmado la viabilidad del negocio, se mantenga ese temor dentro de nosotros. Ese temor que muchas veces es paralizante.

Aquí, un ejercicio de introspección es necesario. Es indispensable separar los miedos y clasificarlos.

De todos los miedos que puede una persona sentir, uno de los más paralizantes es la ansiedad social. Esa que te hace que en la cabeza te imagines a tus amigos o a tus papás o a tus compañeros (you name it), con sus caras de lástima o soberbia diciéndote “te lo dije”.

Bueno, todo eso está en tu cabeza, lo más probable es que esas escenas nunca sucedan. Y, si de hecho suceden, deberas aplicar el plan HP (hazte como que no lo oyes). Ignóralos. Tu crecimiento, tu desarrollo y tus metas son tuyas. Nadie va a luchar la batalla por tí. Apóyate de los que te apoyan y da el salto al abismo. Podría ser una ilusión óptica y tal vez haya piso firme debajo de tus pies. Sólo da el primer paso.

Dinos qué piensas y sientes…

Abundancia, no dinero ni estatus.

Por algunos días, he estado escuchando el podcast de Naval Ravikant.

Estuvo en el podcast de Joe Rogan, del cual soy un escucha regular, y me llamó muchísimo la atención una gran cantidad de cosas que dijo. Lo más seguro es que vaya a estar escribiendo reflexiones durante algunos días en adelante.

Empiezo con la frase “Busca abundancia, no dinero ni estatus.” Primero, define abundancia como un modelo que pueda estar creciendo de manera autónoma, sin que te hayas convertido en el cuello de botella de la máquina que hayas diseñado.

Si eres doctor o abogado, o hasta consultor, al asignar una tarifa por hora, la cantidad de ingresos que puedes generar está limitado por la cantidad de horas que puedes trabajar.

Por lo que dice Naval que hay que buscar la forma de apalancar el conocimiento específico que hayamos generado a lo largo de nuestra vida. Ya sea convirtiéndote en inversionista, teniendo participación en alguna empresa o siendo el fundador de una.

Por definición, todas las anteriores deberían estar generando riqueza sin que seas tú quien está, de hecho, produciendo el servicio o producto que la empresa ofrece.

El dinero en corto plazo es, o una falacia o un golpe de suerte. Eso sin contar a los que nacen con una fortuna en su seno familiar. El gran resto de nosotros tendremos que hacer algo por conseguirlo.

El camino es largo (normalmente requerirá de, al menos, 8 años) para alcanzar un nivel de estabilidad e independencia financiera en un modelo que retorne ganancias cada vez mayores, pero las recompensas serán tangibles. Si ves que alguno o algunos de tus amigos lo han alcanzado antes, o por un golpe de suerte, no te flageles, esos casos son muy poco comunes.

Buscar el estatus, ya sea por obtener dinero rápido, o por ocupar una posición política o de celebridad, es de corto plazo, vacío y trae muy pocas recompensas personales.

Entonces, construir un modelo que se apalanque por medio de la tecnología, las redes (personales o sociales), o en algún otro elemento es el camino más seguro para conseguir la riqueza.

Dinos que piensas y sientes…

P.D. Yo traduje intencionalmente abundancia del término que Naval usa: wealthy, porque me queda mejor a mí. Podrías usar riqueza si eso te hace más feliz y no cambiará nada.

¡Ya estamos hechos!

Ni hechos, ni a relajarnos.

Es mejor hacerse a la idea, cuanto antes, mejor, de que la vida es una búsqueda y adaptación permanentes.

Quien crea que hay un periodo de búsqueda, y que dicho periodo concluye cuando, al fin, encontramos por dónde va el show, le tengo una mala noticia: la búsqueda nunca termina.

La vida, con el aceleramiento del avance tecnológico, ha impuesto, desde ya, un nuevo reto evolutivo al ser humano: estar al corriente en el mundo que él mismo está empujando hacia adelante. Y más allá de estar enterado de los últimos memes, estar al corriente, ahora significa conocer el impacto de los avances tencológicos en cada una de las facetas de nuestras vidas a nivel individual, familiar, laboral y social.

Las redes sociales son la mejor fuente de noticias, artículos, desarrollos y opiniones. Veámoslas así, configuremos nuestros filtros y a disfrutar de la bonanza tencológica de la humanidad. O a quedarse con el “se tenía que decir y se dijo”.

Tómate un minuto para decirnos qué piensas y sientes…