Bienvenidos los clientes difíciles

Piden, demandan y exigen. Saben lo que quieren y lo que necesitan. No la solución, pero sí tienen idea de cómo se ve su mundo una vez solucionado el problema en cuestión.

Tienen la capacidad de ver cosas en su empresa y también en el proceso de rediseño de la misma.

Son difíciles pero no a lo tonto: son difíciles de complacer.

Gracias a ellos se forja el carácter de las organizaciones.

Desconfianza de ensueño

No hay testimoniales. Tampoco encuentras la ciencia que lo respalda. Busqué uno, sólo un módulo de prueba, para ver si esa app era para mí, y no tenía.

Independientemente de si la app funciona (que aún no sé, porque no llegué a probarla) dreamsgen cometió pecados de mercadotecnia que le quitarían el sueño a cualquier gerente o director de customer experience.

Tómate un minuto para platicar los qué piensas y sientes…

Quéjate de los millenials

Todo lo que quieras.

Y luego vamos a adentrarnos en una cosa positiva, de entre muchas, que tiene esa generación que ya es parte fundamental de la fuerza laboral.

Al tener tan arraigada la idea  que tienen de contribuir positivamente en el mundo, los millenials están buscando empresas en las cuales ese ideal pueda verse realizado.

La mala noticia para las empresas que han nacido por el simple hecho de hacer dinero es que eso no será suficiente para atraer ese nuevo talento.

La buena noticia para todos nosotros y el futuro de nuestro planeta, es que hay empresas que sí tienen un propósito organizacional positivo o, por lo menos, se han dado cuenta que lo necesitan.

Tener un planeta lleno de marcas y empresas con propósito y significado es justamente lo que hace falta para que las personas se sientan felices y exitosas, y así podamos vivir en un mundo de abundancia.

Tómate un minuto para platicarnos lo que piensas…

Ya me casé…ya puedo ser feliz.

Si crees que este fue el objetivo, y que ya lo que viene es pura relajación y disfrute, te tengo noticias: apenas empieza la verdadera chamba.

Un pensamiento parecido sucede en quienes abren un negocio o montan una empresa; mucho más si es la primera: creen que iniciar operaciones es EL LOGRO y que una vez abierto ya se puede ir en modo automático.

Por supuesto. Seguro que hubo muchísimo esfuerzo detrás del proyecto de apertura. Ese sueño hecho realidad se ha cristalizado. Pero, ¡ahí es justo cuando empieza el trabajo!

Conexión

Puede que seas el más cool y activo adulto contemporáneo. Joven de corazón y todo eso. No, no chavo ruco.

También puede que seas muy joven. Recién salido de la uni o ni siquiera eso. Tienes toda la energía, lleno de ideales.

Como sea, es súper importante mantener una conexión con otras generaciones y debe ser de manera cercana. ¿Qué más cercano que hacerlos parte de tu equipo?

Un equipo lo más heterogéneo que se pueda: multigeneracional, de diversas carreras, trayectorias laborales y hasta géneros, casi siempre ayuda a generar las ideas más divergentes y de alto valor.

Es un reto mantener la comunicación abierta, respetuosa y tolerante, pero cuando se logra, la riqueza de las soluciones bien valen los esfuerzos de integración.

Una empresa capricho

“Este es mi sueño… “Siempre he querido… “Desde hace años me he imaginado tener un…

Esas frases son inspiradoras, hablan de alguien que, por fin, está moviéndose en la dirección de sus sueños. Y de eso debería tratarse siempre la vida. Peeeeeeeero siempre, siempre, siempre que seguir los sueños tenga que ver con una empresa, hay que tener en la mente un hecho: las empresas no son para los dueños, son para los clientes y empleados.

Si bien es cierto que puede ser la pasión de una vida o el propósito más grande que alguien pueda tener, siempre que haya la necesidad de plantearlo como un negocio, dicha pasión o propósito se transforma de algo personal en algo para alguien más.

Habrá que tenerlo siempre presente al momento de diseñar la empresa y tomar decisiones basados en lo que el segmento objetivo necesita y no en lo que a mi me gusta.

Conocimiento y definición

¿Qué es más difícil? ¿Conocerse o definirse?

La segunda es imposible sin la primera, aunque muchas empresas empiezan así. Y en ocasiones se encuentran en un nicho o industria que es tan noble que pueden pasar años antes de que sea necesario entrar en estos menesteres filosófico-corporativos.

Si no se tiene una buena definición del negocio, se corre el riesgo de querer ser todo para todos y terminar siendo nada al querer satisfacerlos a todos, tanto clientes como empleados.

Un conocimiento propio sincero podría evidenciar que no se tiene ninguna fortaleza y que el negocio ha sido un golpe de suerte. O también podría ser que sí se tienen muchas fortalezas y hay ahí más oportunidades de negocio que no han sido explotadas.

Todo empieza con un viaje de introspección corporativa y lo que se encuentra en éstos, podría cambiar totalmente el rumbo de la estrategia del negocio.

Ya cuando es realidad

Cuando empiezas a darle forma a una idea de negocio, desarrollando el concepto, se empieza a generar un cariño al proyecto.

Una vez que se empieza a hacer tangible en elementos físicos como imagen, look and feel, comunicación y hasta personas, irremediablemente se vuelve un hijo al que quieres ver correr.

Anoche un proyecto vio al fin la luz y el orgullo de ser parte de los sueños de alguien más se sobrepone a todos los obstáculos vividos. Ver todas esas ideas al fin siendo disfrutadas por la gente para la cual fue concebido es más allá de un placer, una inyección de energía y felicidad.

Gracias al equipo fue posible, un abrazo y mi más sincero agradecimiento por las horas invertidas.

No te enamores de la primera

La primera idea llega en un contexto perfecto para que nos enamoremos de ella: es la la luz al final del túnel, viene a salvarnos, está preciosa, nos costó un trabajal…

Y podría ser que viene a resolvernos la vida, pero, ¿y si no?

Hay que agarrar la costumbre de someter esa primera idea a unas pruebas de ácido. Hay que hacernos más preguntas; hay que someterla a un abogado del diablo; hay que dejarla descansar por unos minutos o un día o varios días y después volver a verla con ojos frescos; y , por sobre todas las cosas, tenemos que lograr verla como si fuera la idea de alguien más y no nuestra. Así es como vamos a poder verla objetivamente.

Y si después de todos esos análisis y pruebas resulta que hay que descartarla, ya sea por qué surgió una mejor, o porque definitivamente ésta no va a resolvernos el problema, entonces no te ofendas, da el brinco, olvídate de esta idea y vamos a pensar a la siguiente.

Como bodhisattvas

El Budismo Mahayana (el vehículo mayor) tiene una intención de llevar a todos los seres a la iluminación.

El bodhisattva es cualquier practicante de esta rama del Budismo que hace un juramento lleno de amor y digno de la más grande admiración: detiene su propia iluminación y jura trabajar por la iluminación del resto de los seres antes de llevarse a si mismo a alcanzar la propia. Cuánto amor y cuánto valor y desapego.

En HMT, con humildad y guardando toda proporción, hemos hecho un juramento inspirados por esa acción tan valiente y desinteresada de los bodhisattvas: no podremos sentirnos exitosos si no hemos primero hecho que nuestros clientes hayan alcanzado el éxito.

Por eso nos adentramos a lo más profundo de sus negocios y los hacemos nuestros. Entendemos sus preocupaciones y sus sueños. Buscamos en cada rincón oportunidades de reforzar e impulsar, de propulsar la empresa que nos abrió sus puertas y la gente que nos abrió sus corazones.

Al involucrarnos a estos niveles terminamos amando las empresas de nuestros clientes tanto como a la nuestra.

Su éxito es nuestro éxito. Sus sueños son nuestros sueños.

Sólo así se hace lo imposible por ustedes. Ustedes son nosotros. Y no descansamos hasta haber generado wow, hasta que lo entregado sea tangibly awesome.