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Conexión

Puede que seas el más cool y activo adulto contemporáneo. Joven de corazón y todo eso. No, no chavo ruco.

También puede que seas muy joven. Recién salido de la uni o ni siquiera eso. Tienes toda la energía, lleno de ideales.

Como sea, es súper importante mantener una conexión con otras generaciones y debe ser de manera cercana. ¿Qué más cercano que hacerlos parte de tu equipo?

Un equipo lo más heterogéneo que se pueda: multigeneracional, de diversas carreras, trayectorias laborales y hasta géneros, casi siempre ayuda a generar las ideas más divergentes y de alto valor.

Es un reto mantener la comunicación abierta, respetuosa y tolerante, pero cuando se logra, la riqueza de las soluciones bien valen los esfuerzos de integración.

Una empresa capricho

“Este es mi sueño… “Siempre he querido… “Desde hace años me he imaginado tener un…

Esas frases son inspiradoras, hablan de alguien que, por fin, está moviéndose en la dirección de sus sueños. Y de eso debería tratarse siempre la vida. Peeeeeeeero siempre, siempre, siempre que seguir los sueños tenga que ver con una empresa, hay que tener en la mente un hecho: las empresas no son para los dueños, son para los clientes y empleados.

Si bien es cierto que puede ser la pasión de una vida o el propósito más grande que alguien pueda tener, siempre que haya la necesidad de plantearlo como un negocio, dicha pasión o propósito se transforma de algo personal en algo para alguien más.

Habrá que tenerlo siempre presente al momento de diseñar la empresa y tomar decisiones basados en lo que el segmento objetivo necesita y no en lo que a mi me gusta.

Ya cuando es realidad

Cuando empiezas a darle forma a una idea de negocio, desarrollando el concepto, se empieza a generar un cariño al proyecto.

Una vez que se empieza a hacer tangible en elementos físicos como imagen, look and feel, comunicación y hasta personas, irremediablemente se vuelve un hijo al que quieres ver correr.

Anoche un proyecto vio al fin la luz y el orgullo de ser parte de los sueños de alguien más se sobrepone a todos los obstáculos vividos. Ver todas esas ideas al fin siendo disfrutadas por la gente para la cual fue concebido es más allá de un placer, una inyección de energía y felicidad.

Gracias al equipo fue posible, un abrazo y mi más sincero agradecimiento por las horas invertidas.

No te enamores de la primera

La primera idea llega en un contexto perfecto para que nos enamoremos de ella: es la la luz al final del túnel, viene a salvarnos, está preciosa, nos costó un trabajal…

Y podría ser que viene a resolvernos la vida, pero, ¿y si no?

Hay que agarrar la costumbre de someter esa primera idea a unas pruebas de ácido. Hay que hacernos más preguntas; hay que someterla a un abogado del diablo; hay que dejarla descansar por unos minutos o un día o varios días y después volver a verla con ojos frescos; y , por sobre todas las cosas, tenemos que lograr verla como si fuera la idea de alguien más y no nuestra. Así es como vamos a poder verla objetivamente.

Y si después de todos esos análisis y pruebas resulta que hay que descartarla, ya sea por qué surgió una mejor, o porque definitivamente ésta no va a resolvernos el problema, entonces no te ofendas, da el brinco, olvídate de esta idea y vamos a pensar a la siguiente.

Como bodhisattvas

El Budismo Mahayana (el vehículo mayor) tiene una intención de llevar a todos los seres a la iluminación.

El bodhisattva es cualquier practicante de esta rama del Budismo que hace un juramento lleno de amor y digno de la más grande admiración: detiene su propia iluminación y jura trabajar por la iluminación del resto de los seres antes de llevarse a si mismo a alcanzar la propia. Cuánto amor y cuánto valor y desapego.

En HMT, con humildad y guardando toda proporción, hemos hecho un juramento inspirados por esa acción tan valiente y desinteresada de los bodhisattvas: no podremos sentirnos exitosos si no hemos primero hecho que nuestros clientes hayan alcanzado el éxito.

Por eso nos adentramos a lo más profundo de sus negocios y los hacemos nuestros. Entendemos sus preocupaciones y sus sueños. Buscamos en cada rincón oportunidades de reforzar e impulsar, de propulsar la empresa que nos abrió sus puertas y la gente que nos abrió sus corazones.

Al involucrarnos a estos niveles terminamos amando las empresas de nuestros clientes tanto como a la nuestra.

Su éxito es nuestro éxito. Sus sueños son nuestros sueños.

Sólo así se hace lo imposible por ustedes. Ustedes son nosotros. Y no descansamos hasta haber generado wow, hasta que lo entregado sea tangibly awesome.

Algo más personal

Este espacio empieza como una recopilación de reflexiones pero evoluciona rápido. Hoy se incluye también algo de vivencias relevantes para mí y la firma.

Este día damos fin a un experimento culinario, de interiorismo y de tradiciones.

El proyecto fue un éxito en prácticamente todos los elementos que diseñamos: concepto, naming, marca, customer journey, comunidad digital, producto, interiorismo, procesos, brandlove y customer experience. Hubo un error y fue fatal: location, location, location.

Nos llevamos mucho amor de clientes y colaboradores y muchísimo aprendizaje.

¡Ya estamos emocionados por empezar con lo que sigue!

La era de los hacedores de lluvia

La forma es fondo. A eso estamos acostumbrados. Para ser hay que parecer. Pero, ¿qué pasa cuando se puede parecer sin ser?

La internet y las redes sociales digitales, han permitido que alguien con habilidades en Photoshop logre dar la impresión que se le antoje: puede cambiar de sexo, de edad, de profesión y hasta hacer como que es un gurú de algo.

Estos hacedores de lluvia hacen mucho daño porque su objetivo es el engaño y la extracción monetaria sin dar ningún valor a cambio.

Cuando haya la necesidad de escuchar a un “experto”, hay que hacer investigación; buscar sus raíces, su trayectoria, pero principalmente su método.

Si el método incluye “5 fáciles pasos para…” corre coyote! Estas personas normalmente van tras tu dinero. En cambio, si el método se compone por etapas estructuradas, lógicas y llenas de herramientas que lo soportan; si en algún momento te dice que se requiere un gran esfuerzo, dedicación y compromiso de tu parte, entonces puede que hayas encontrado un buen árbol al cual arrimarte.

¿Cómo podríamos…

Así empieza el proceso para cualquier proyecto con design thinking. Así debería empezar cualquier proyecto. Más aún, así debería empezar cualquier conversación o junta que busque resolver algún problema o lograr algún objetivo de negocio.

El tema es más que sintáctico. La pregunta ¿cómo podríamos?, primero, abre la posibilidad de encontrar la forma de hacer eso que se busca. Si preguntamos “¿Se podrá…?” Entonces ya estamos aceptando que tal vez algo no se pueda hacer.

“Podríamos” es plural e incluyente. Invita al equipo a sumarse a la búsqueda y también habla de disfrutar todos del éxito.

Así de fuerte es aquí el tema de forma es fondo. Así de poderosas son las palabras.

El traje de invisibilidad

Cuando no se es accountable, las probabilidades de supervivencia de negocio, se reducen dramáticamente. Y nadie va a estar diciéndotelo.

El porcentaje de clientes que te lo dirá es casi nulo. Para ellos, es más fácil comerse su coraje y luego despotricar con familia, amigos y redes.

Para ellos, es más fácil sustituirte cuando no eres accountable. Es como si poco a poco fueras tejiendo un traje de invisibilidad albrededor de tu negocio.

La chamba se le carga al que siempre cumple. Las personas, jefes y clientes, le avientan todo al que siempre dice que sí. Aunque ese también es un problema. Luego platicamos acerca de aprender a decir si, pero en otros términos.

Abraza la incertidumbre

Cuando se empieza cualquier proyecto es imposible conocer el resultado final. A veces, la mayoría de las veces, ni siquiera sabemos cómo queremos que se vea eso que tiene que hacerse. Incluso si sabemos como debería verse, la probabilidad de llegar a eso, de manera perfecta, es virtualmente imposible.

Por eso, hay que recibir a la incertidumbre como parte de nuestras vidas. Obvio genera estrés. También genera conflicto.

Pero, por otro lado, genera colaboración y compañerismo. Genera mayores sentimientos de logro y realización. Y lo más importante, genera resultados que ni siquiera nos imaginábamos. Con suerte y esfuerzo, exponencialmente mejores de lo que imaginábamos.