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El clímax del año

Si ya sé, todo mundo sale con sus propósitos de año nuevo y así. Pero sean indulgentes conmigo por un momento, quién sabe qué podría pasar.

Haciendo cuentas, queda poquito más del 10% del año. Unos 40 días.

Curiosamente, también es un poco menos del doble de lo que se requiere para adoptar hábitos.

Entonces, ¿Qué tal ponerte una meta super agresiva? Una en la que tengas que trabajar todos los días por 40 días.

Imagina llegar al final del año, habiendo cumplido esa meta. Pasarás las fiestas mucho mejor, y el inicio de año tendrás un momentum extraordinario.

¿Cómo ven? Mi meta es redefinir el modelo de negocio de toda mi empresa….qué nervios.

Lo maravilloso de pensar que hay para todos

Piensa en las historias de extraordinarios éxitos hace unos 50 años. Tanto en la vida artística como en los negocios.

Un artista exitoso, ¿cuantas copias vendía? Michael Jackson llegó a vender 23 millones en toda su carrera. Ahora un artista de mediano éxito puede llegar a millones de reproducciones en Spotify. No es el rey absoluto, pero su base de fans es mucho mayor que la del rey del pop en su tiempo.

¿ Y con los negocios, cómo se comporta el mercado?Exactamete igual. ¡Y esa es la mejor noticia que puedas escuchar hoy! ¿A cuánta gente atendía un negocio exitoso hace 50 años? Difícilmente llegaba a decenas de millones. Y hoy, dejando a un lado a los Apple, los Microsoft, etcétera, un negocio puede llegar a miles de personas. MILES. ¿Cuántas personas necesitas para hacer un negocio exitoso?

Profundizando, si ves en términos de porcentaje o participación de mercado tu meta de negocio, vas a llorar. La probabilidad de construir, desde cero, algo que vaya a ser el número 1 es bajísima. Pero, ¿quién quiere ganar en la carrera de la participación de mercado? Es pura vanidad. Si piensas que tu negocio requiere millones de personas para ser exitoso ya puedes ir acostumbrándote a nunca construir nada.

Ahora piensa en los dos criterios, que, a mi parecer, deberían ser los mas importantes:

1) Cuántas personas puedes y debes alcanzar, atendidas extraordinariamente.

2) Cuántos ingresos generara el negocio con esos números.

Aquí la palabra clave es EXTRAORDINARIAMENTE. Si necesitas más personas de las que puedes atender extraordinariamente para poder hacer rentable el negocio o llevarte a los ingresos que tienes como meta, ya estás pelas.

Por otro lado, si tienes en tus manos un negocio bien planteado, escalable, necesario y que de hecho genera valor atendiendo una necesidad, lo más seguro es que hayas llegado a los miles de personas en tu cálculo.

Tienes que alcanzar unos cuantos miles de personas en un mundo de 7.500 millones de personas. No es “nada”. No es ni el 0.0001 %. La cosa se ve más fácil, ¿no? Y aún así siguen siendo miles de personas.

Y lo más impresionante es que hoy les llamamos nichos.

Todos en la arena de batalla

El mundo, con el avance tecnológico en forma de celulares omnipresentes y redes sociales, generando una comunicación a un costo de prácticamente cero, nos lleva a tener incidencia, al menos potencialmente, en todo el resto de del planeta.

Eso nos lleva a que, si queremos prosperar, tendríamos que competir por los recursos con absolutamente todos los habitantes del globo. Fuf, abrumador, ¿no?.

El primer error sería ver el mundo como una arena de batalla: Cuando estás bajo un esquema mental de suma cero, las oportunidades se contraen y diseminan. Debemos encontrar la manera de cambiar nuestro chip hacia una visión de abundancia. No es tan difícil si buscamos la evidencia correcta.

El segundo error sería ver a todos como competencia, y no como potenciales aliados. Todos necesitan de alguien en algún momento de sus vidas. Nadie es autosuficiente, a menos que te vayas a vivir a la montaña y aprendas técnicas de supervivencia como Bear Grills.

Si vemos al vecino con compasión (con la intención genuina de que sea feliz) y luego lo conocemos y entendemos, encontraremos un terreno común en el cual las motivaciones suyas y nuestras se alinean. Es en ese terreno común, e identificando oportunidades donde, en lugar de competidores, podríamos encontrar aliados valiosísisimos para nuestra propia realización y prosperidad.

Dinos qué piensas y sientes…

Elige impactar (positivamente).

Cuando empiezas a idear un negocio, una de las preguntas más importantes es: ¿Es simplemente una fuente de ingreso o estás haciendo ésto porque quieres hacer algo para mejorar la vida de las personas?

Cuando la respuesta es la primera, el negocio nace sin alma, sin un propósito. Es esta clase de negocios en los que la gente no encuentra un lugar en el cual sentirse a gusto y desarrollarse. Eso se nota en los servicios y productos desarrollados y, lo más importante, los clientes lo notan. Estos negocios, normalmente, tienen una vida corta y todos los involucrados al final sienten que han perdido su tiempo.

Cuando la respuesta es la segunda, se crea una cultura que fomenta el bienestar, tanto en colaboradores como en clientes. Sus servicios y/o productos son relevantes para sus clientes. Son las empresas que tienen un impacto en la vida de todos a quienes toca.

Las empresas que buscan mejorar la vida de las personas tienen una oportunidad de mercado que no se limita en tiempo ni en geografía, tienen una mayor libertad de maniobra ya que las personas que trabajan en ella están dispuestos a hacer hasta lo imposible por cumplir su propósito y no fallarle a sus clientes.

Para crear ese tipo de empresas, siempre, alguien, tuvo que haber tomado la decisión de tener un impacto positivo. Normalmente son más difícil de crear, diseñar y operar, pero ofrecen mucho más satisfacciones.

Dinos que piensas y sientes…

Diseños sociales que envejecen mal

Democracia, izquierda y derecha, senadores, diputados…todos esos términos, hace más de 100 años, tenían un significado, un propósito y un espíritu distinto.

La humanidad no es la misma que la de hace 100 años. Las tecnologías exponenciales, junto con la exhuberante cantidad de personas que ahora somos, han dejado muy, pero muy atrás, los modelos y sistemas puestos en marcha hace más de 100 años.

Nadie de los que los construyeron pudieron preverlo. Menos quienes viven bajo estos sistemas caducos.

El diseño debe cambiar, evolucionar y adaptarse. De otra manera, el producto de ese diseño muere, o las personas sufren las consecuencias.

Hoy todos sufrimos las consecuencias de un modelo de gobierno con un pésimo diseño (por malicia o no, esa es otra discusión). Hoy, el ser humano debería meter a sus mejores antropólogos, psicólogos, economistas, matemáticos, actuarios, etcétera, etcétera, para diseñar, desde cero, un nuevo modelo social que vaya mejor con el mundo real que está ahí afuera.

Los tiempos de poner gente sin capacidad técnica, intelectual o moral deberían haber quedado atrás hace muchísimo tiempo. Los tiempos de una sola persona teniendo el poder sobre millones también. Tenemos defectos. Este modelo solamente los acentúa.

¿Cómo podríamos empezar a implementar un modelo social que se resuelva mejor nuestra realidad actual?